Después de 20 años de una guerra que ha cobrado la vida de miles de soldados, ver lo que está ocurriendo en Afganistán es muy duro para exmilitares británicos y estadounidenses.
Ellos y familiares de fallecidos sienten que todo ha sido «en vano» a medida que los talibanes se apoderan del país en el que lucharon.
Como Jack Cummings, un exintegrante de la fuerza militar británica en Afganistán que perdió ambas piernas durante su segunda misión en el país de Medio Oriente.
Al ver los últimos acontecimientos, escribió un mensaje que fue compartido miles de veces en Twitter: «¿Valió la pena? Probablemente no. Parece que perdí mis piernas por nada. Que mis compañeros murieron en vano».
«Estoy enojado, estoy triste, me siento traicionado. Perdí mis piernas por nuestro país y ver lo que está sucediendo en Afganistán es horrible y desgarrador», le dijo luego a la BBC.
«Me ha dejado totalmente en un sin sentido y sé que no soy el único. Hablando con mis compañeros, todos lo sienten. Y algunos están luchando en este momento».
Los testimonios que ha recogido la BBC coinciden con lo que expresa Cummings.
Mike Jason, un coronel retirado del ejército de EE.UU., estuvo en activo 24 años y le cuesta creer cómo el Talibán recuperó Afganistán en unas pocas semanas.
«Es frustrante. Es enloquecedor. La velocidad a la que comenzó a colapsar lo hace muy difícil de entender. Es más rápido que nuestra capacidad para procesar nuestras experiencias de los últimos 20 años», dice.
Como un «idealista», dice que buscaba «hacer el bien» en Afganistán.
«Cuando llegamos a Afganistán, fue una lección de empatía, trabajar en culturas extranjeras, ver un país hermoso con una rica historia. ¿Valió la pena? ¿Valió la pena mi papel? En ese momento pensé que había hecho algo bueno, pero ahora necesito tiempo para reflexionar», señala el coronel.
EE.UU. perdió a más de 2.000 militares en los 20 años de campaña en Afganistán y otros 20.000 resultaron heridos, mientras que Reino Unido vio más de 450 muertes entre sus filas.
Los caídos «en vano»
Lo ocurrido en ciudades como Kabul no solo ha afectado a los militares en retiro, sino también para aquellos que vieron a sus seres queridos morir en suelo afgano.
Desde Escocia, Janette Binnie dice que la muerte de su hijo Sean Binnie, de 22 años, hoy parece un sacrificio «en vano».
«Él salió para marcar la diferencia», dijo. «Y esa diferencia no se ha conseguido».