Herbert Aceituno ha conseguido la primera medalla Paralímpica en la historia salvadoreña, lo que le convierte automáticamente en uno de los grandes referentes deportivos de Centroamérica. Su presea de bronce, conseguida en la categoría de los 59 kg de halterofilia y en la modalidad de levantamiento de peso, ha sido la culminación de una carrera atlética marcada por la superación personal.
El salvadoreño fue superado por Osmán Sherif de Egipto (plata) y del chino Qi Yongkai (oro).
El atleta salvadoreño levantó 182 kilos en su primer intento y se puso al frente de la tabla por la medalla de oro. Hay que recordar que son tres intentos por atleta en lo que pueden ir modificando y subiendo el peso con el pasar de los intentos de los otros competidores.
En la segunda tanda Aceituno y levantó 184 kg en su segundo intento. En el tercer intento, Aceituno se vio superado por el chino QI Y. y el egipcio Osman quienes levantaron 187 kg. Aceituno tuvo que levantar ese peso para igualar en la tabla, pero los jueces decretaron un levantamiento fallido para el salvadoreño que se quedó con el puntaje de 184 kg y con ello el bronce.
De esta manera Aceituno se tuvo que conformar con la medalla de bronce en la modalidad.
Su trayectoria ha sido meteórica en los últimos años: es el primer levantador de pesas salvadoreño que ha participado en unos Juegos Paralímpicos (Río 2016) y tuvo un paso exitoso por los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019 (consiguió la medalla de oro) que hacían preever su victoria. Sin embargo, el camino para el abanderado nacional de El Salvador en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, en 2021, no ha sido un camino fácil.
Aceituno nació con acondroplasia, lo que le limitó sus posibilidades de crecimiento a una temprana edad, así como con hidrocefalia. «Los médicos le dijeron a mi madre que solamente viviría tres meses». Un pronóstico fallido que sin duda le dio la resiliencia suficiente para sobrellevar una infancia y adolescencia complicadas debido al rechazo de sus compañeros. Fue el universo deportivo y Paralímpico el que le dio un propósito cuando cumplió 20 años de edad.
El padre de Herbert falleció tristemente poco antes de que su hijo pudiera competir en los Juegos de Tokio 2020. Se trata de una persona fundamental, junto a su madre, en su vida. «MIs padres se pusieron contentos y a la vez tristes [cuando me clasifiqué] porque nunca me habían dado la oportunidad de ir tan lejos, a otro país. [Estaban preocupados por] cómo me iba a sentir en otro país». Aceituno lleva consigo siempre un llavero de su padre, que le motiva para seguir adelante con sus sueños.