Las potencias occidentales volvieron a acusar este miércoles a Rusia de continuar con la «escalada» en la frontera con Ucrania y se comprometieron a mostrarse unidas en el futuro diálogo con Moscú, que se espera que comience en enero.
Alemania expresó su «gran preocupación», un día después de que el presidente ruso Vladimir Putin amenazó con una respuesta «militar y técnica» si sus rivales occidentales no ponían fin a su política.
La preocupación de Berlín se debe a que estas palabras precedieron nuevos «movimientos de tropas» en la frontera con Ucrania, declaró la ministra de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, insistiendo en que esta «grave crisis» sólo podrá resolverse mediante el diálogo.
El Departamento de Estado estadounidense reiteró que Washington y sus aliados siguen «de cerca» la situación.
«Rusia sigue la escalada y no ha parado de reforzar la presencia militar» en la frontera, declaró un portavoz de la diplomacia estadounidense.
Los occidentales acusan a Moscú de haber concentrado a decenas de miles de soldados en la frontera con Ucrania con el fin de preparar una eventual invasión.
El Kremlin, por el contrario, estima que es la actitud de Washington y de la OTAN la que es amenazante, debido a su apoyo político y militar a Kiev.
«Cualquier nueva agresión contra Ucrania acarreará graves consecuencias», advirtió el portavoz. Los estadounidenses y sus aliados ya han amenazado con sanciones sin precedentes.
«Exhortamos con firmeza a Rusia para que inicie una desescalada retirando sus tropas de las inmediaciones de la frontera con Ucrania», agregó.
«Nuestro objetivo es la desescalada a través de la diplomacia.Estados Unidos está listo para asumir la vía diplomática en enero por medio de varios canales».
Línea de comunicación
Los dos bloques dan una de cal y otra de arena. Acordaron entablar a principios de 2022 un diálogo que se llevaría a cabo al mismo tiempo a nivel bilateral entre Estados Unidos y Rusia, dentro de la OTAN y a nivel de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. (OSCE) puesto que tanto Moscú como Kiev son miembros de estas organizaciones.
«Se ha acordado que a principios del próximo año haya un contacto bilateral entre los negociadores rusos y estadounidenses, una primera ronda», declaró el ministro de Relaciones Exteriores ruso Serguéi Lavrov, al canal de televisión ruso RT.
Según él, las discusiones con la OTAN serán «también en enero». El martes la diplomacia estadounidense dio a conocer una agenda similar.
«Hay una línea de comunicación y de contacto diplomático que está abierta», «esperamos que esto continúe», afirmó este miércoles a la prensa la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
Los jefes de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, y europea, Josep Borrell, afirmaron el miércoles en una conversación telefónica que «cualquier discusión sobre seguridad europea» con Rusia se hará «en coordinación y con la participación de la Unión Europea», según un comunicado de Bruselas.
El gobierno estadounidense de Joe Biden ya había dicho que no abordará estos temas sin ponerse de acuerdo con los europeos.
El martes Putin adoptó un tono especialmente duro. «En el caso de que se mantenga esta postura que claramente es muy agresiva por parte de nuestros colegas occidentales, vamos a adoptar las medidas militares y técnicas que sean apropiadas», dijo durante una reunión en el Ministerio de Defensa.
«El presidente Putin se dirige a su opinión pública, que no es Estados Unidos», comentó Jen Psaki el miércoles.
«La OTAN es una alianza defensiva. No tenemos intenciones agresivas respecto a Rusia», añadió la portavoz de la Casa Blanca. «La retórica agresiva viene de un lado».