Ados días de la fecha prevista para la ejecución de la estadounidense de origen mexicano Melissa Lucio, una corte de apelaciones de Texas anunció este lunes la suspensión de la pena y pidió que una instancia judicial inferior revise el caso, algo que podría desembocar en un nuevo juicio después haber pasado 14 años en prisión.
El Estado nos ha dado la oportunidad de volver a los tribunales y presentar las pruebas de la inocencia de Melissa que ninguna corte ha podido analizar», explicó en una rueda de prensa, poco después de conocerse la decisión, Vanessa Potkin, representante de Innocence Project, una de las organizaciones que ha prestado ayuda legal a Lucio, acusada de matar a su hija de 2 años en 2007.
Mientras caía una enorme tromba de agua sobre Austin, la capital de Texas, John Lucio y Bobby Álvarez, dos de los hijos de Melissa que mayores esfuerzos han hecho por impulsar la campaña a favor de su madre, recibían las buenas noticias en Gatesville, la pequeña localidad del Texas rural donde se encuentra encarcelada su madre.
Hasta ahí se habían trasladado para pasar juntos el mayor tiempo posible durante las que iban a ser las últimas horas de su madre, que iba a recibir la inyección letal este miércoles.
Imágenes publicadas por la cineasta franco-estadounidense Sabrina Van Tassel, uno de los mayores apoyos de Melissa y que produjo un documental sobre la larga lista de irregularidades que plagaban su caso, mostraban a los familiares exultantes y emocionados.
Celebración familiar
La familia y amigos de Lucio celebraron la decisión con una distendida cena, que tuvo lugar cerca de la prisión en la que sigue encarcelada. Entre los asistentes estuvieron sus hijos John y Bobby, junto a la cineasta Van Tassel.
Con ellos compartía mesa el fundador de la organización Death Penalty Action, Abraham Bonowitz, y la mujer de John Lucio, Michelle Lucio, gracias a la cual, según contó Van Tassel, se inició la lucha por los derechos de Melissa.
«Ella fue la primera con la que entré en contacto. La única que inicialmente me hacía algo de caso», aseguró la responsable del documental «The State of Texas vs Melissa».
En total, cerca de treinta personas, todas ataviadas con una camiseta negra con el mensaje «Free Melissa Lucio», se reunieron en el restaurante Junction on Route 36, donde el ambiente relajado del establecimiento, repleto de elementos decorativos de sabor texano, coincidía con el humor de los comensales.
No era para menos, ya que el trabajo conjunto de todos ellos desembocó, cuando quedaban poco más de 48 horas para la ejecución, en una decisión judicial que podría llevar a que se celebre un nuevo juicio para Lucio, acusada de matar a su hija de dos años de una paliza, aunque ella siempre ha alegado que la pequeña, Mariah, se cayó por las empinadas escaleras de acceso de su residencia de entonces.
La familia espera, de hecho, que no se celebre otro juicio, sino que directamente se retiren los cargos presentados contra Melissa y que esta madre de 14 hijos pueda volver a su hogar tras 15 años de ausencia, después de que fuera arrestada en febrero de 2007, horas después de la muerte de la niña.
Melissa Lucio es la primera latina condenada a muerte en Texas, y de haberse llevado a cabo la ejecución, se habría convertido en la primera mujer en recibir la pena capital en el estado desde 2014.