La ONU acusó este viernes al ejército ruso de acciones “que podrían constituir crímenes de guerra” en Ucrania tras la invasión que comenzó el 24 de febrero, incluyendo bombardeos indiscriminados que provocaron la muerte de civiles y la destrucción de escuelas y hospitales.
“Las fuerzas armadas rusas bombardearon de manera indiscriminada zonas habitadas, mataron a civiles y destruyeron hospitales, escuelas y otras infraestructuras civiles, en acciones que podrían constituir crímenes de guerra”, declaró Ravina Shamdasani, portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, con sede en Ginebra.
El ataque a la estación de tren de Kramatorsk el 8 de abril, que causó la muerte de 60 personas e hirió a otras 111, simboliza la falta de respeto a las leyes internacionales que prohíben acciones militares indiscriminadas de este tipo, indicó la oficina de la Alta Comisionada.
La Misión de Monitorización de Derechos Humanos en Ucrania ha documentado la muerte de al menos 2.345 civiles y 2.919 heridos durante la guerra, aunque la oficina de Michelle Bachelet subrayó que la cifra real de víctimas “podría aumentar mucho más cuando salgan a la luz los horrores en zonas de intensos enfrentamientos, como Mariupol”.
“La escala de las ejecuciones sumarias de civiles en zonas previamente ocupadas por las fuerzas rusas está conociéndose”, añadió el texto, al tiempo que pidió esfuerzos para conservar las evidencias de estos crímenes, el tratamiento digno de los restos mortales y ayuda psicológica para supervivientes y sus familiares.
Responsables de derechos humanos de Naciones Unidas visitaron el 9 de abril la localidad de Bucha (afueras de Kiev), uno de los lugares donde se denunciaron este tipo de ejecuciones sumarias, y documentaron el asesinato de al menos medio centenar de civiles.
En otro orden, Rusia aspira a controlar totalmente el sur de Ucrania y la región del Donbás (este), con el fin de tener un puente terrestre hacia Crimea, que se anexó en 2014, informó este viernes un importante responsable militar ruso.
“Desde el inicio de la segunda fase de la operación especial, que comenzó hace dos días, uno de los objetivos del ejército ruso es establecer un control total sobre el Donbás y el sur de Ucrania”, declaró Rustam Minnekayev, subcomandante de las fuerzas del distrito militar del centro de Rusia.
El militar explicó que esto va a permitir asegurar un ”corredor terrestre hacia Crimea y una influencia en las infraestructuras claves de la economía ucraniana, como los puertos del mar Negro a través de los cuales se realizan los despachos de los productos agrícolas y metalúrgicos”, afirmó, citado por agencias rusas, en una reunión con empresas en un complejo militar-industrial en Ekaterinburgo