a deuda pública de Estados Unidos superó por primera vez en la historia los 30 billones de dólares, según datos del Departamento del Tesoro publicados este martes , tras un aumento de 7 billones en los últimos dos años, coincidiendo con la pandemia de COVID-19.
Desde que se declaró la pandemia en marzo de 2020, el Gobierno estadounidense, primero con el republicano Donald Trump al frente y luego con el demócrata Joe Biden, impulsó gigantescos planes de estímulo para evitar un colapso de la economía que dispararon la deuda federal.
Entre otras cosas, el Gobierno envió varios cheques por valor de miles de dólares a cada contribuyente estadounidense, aumentó sustancialmente los beneficios de desempleo y otorgó ayudas directas a las empresas.
De los 30 billones de deuda pública, 23,5 billones pertenecen a acreedores (8 de ellos a inversores extranjeros con Japón y China al frente) y los 6,5 billones restantes es deuda contraída por el Gobierno consigo mismo.
Amenaza de suspensión de pagos
El pasado 16 de diciembre, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó una ley que suspendió el techo de endeudamiento público y evitó que el país incurriese en una suspensión de pagos de su deuda nacional por primera vez en la historia.
La ley amplió en 2,5 billones de dólares los fondos para hacer frente a las deudas ya contraídas, lo que permitirá a EE.UU. mantener su capacidad de endeudamiento hasta 2023.
Estados Unidos nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional, pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que Standard&Poor’s rebajara la nota de solvencia del país.
Cada cierto tiempo, Estados Unidos se asoma al impago de la deuda nacional, porque a diferencia de otros países el Gobierno estadounidense solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de elevar ese techo según crea conveniente.