Al menos dos ciudades chinas han tomado medidas para impedir que la inmobiliaria Evergrande, que afronta una grave crisis de liquidez, use los ingresos por ventas de sus propiedades de forma indebida e incumpla sus obligaciones ante los clientes, reporta Financial Times.
Según una circular a la que ha tenido acceso el periódico, la oficina de vivienda de uno de los barrios de Guangzhou (Cantón) pidió el pasado miércoles a una subsidiaria de Evergrande que transfiriera los ingresos por preventa del proyecto residencial estancado Sunshine Peninsula a una cuenta controlada por el Estado para que «se pueda proteger los intereses de los compradores de viviendas y continuar con la construcción».
La oficina de vivienda de la ciudad de Zhuhai, situada cerca de Macao, transmitió una solicitud similar a un proyecto residencial de la inmobiliaria este mes, confirmaron a Financial Times personas al tanto de la situación.
Con el dinero en las cuentas gubernamentales, Evergrande no lo puede transferir o utilizar para otro tipo de operaciones, como pagar su deuda. Actualmente es la compañía inmobiliaria china más endeudada: tiene pasivos por un monto total que supera los 300.000 millones de dólares, que afectan a más de 250 bancos y entidades no bancarias.
Entretanto, la prioridad del Gobierno chino es que se completen los proyectos en curso de la inmobiliaria, aunque se desconoce cómo se planea poner en marcha los proyectos paralizados donde los ingresos por ventas ya han sido reasignados. Un ejecutivo de la compañía comentó a Financial Times que no tienen «suficientes recursos para completar todos los proyectos a tiempo» y necesitan «más asistencia externa».